Las rutinas y los hábitos que hacen florecer lo humano
Apreciados padres de familia, aunque el tema suene un poco cursi, no es así, por el contrario, es algo que requiere de verse y tratarse desde una mirada seria, más hoy, cuando tenemos ante nosotros un sinnúmero de consecuencias psicosociales, fruto de las medidas que tuvieron que ser tomadas por la pandemia.
Comencemos por desmitificar el concepto de disciplina que se asocia al autoritarismo que, en algunas ocasiones, raya con el maltrato, lo que, dentro de una crianza basada en la consciencia humana, no tiene ningún sentido.
La disciplina y el amor
Sin lugar a equivocarnos, entendemos que desde luego el amor de un padre o de una madre hacia sus hijos marca la relación con el sentimiento desde otra perspectiva, sin embargo, es allí donde se centra la labor que debe ir de la mano con la disciplina.
Según la RAE la disciplina está ligada con la instrucción y formación de un ser humano. Hay autores que la refieren como una manera coordinada, ordenada y sistemática de hacer las cosas. Son muchos los ejemplos que se podrían citar sobre esta forma de definir el término, pero el de Ernest Hemingway es uno de los más conocidos, pues se fijaba una serie de reglas, que defendía con absoluta vehemencia a la hora de escribir, por ejemplo, escribir a diario y de pie, emplear la menor cantidad de adjetivos y parar de escribir sin saber que seguiría en su texto, se dice que era absolutamente disciplinado.
Ahora bien, ¿cómo relacionar la disciplina con el amor? Entendiéndola como un acto que beneficia a niños, niñas y adolescentes y que vela por una formación integral basada en el respeto en las tres dimensiones de los vínculos: consigo mismo, con los demás y con su entorno.
La disciplina desde casa fortalece la capacidad que tenemos los seres humanos para transformar las relaciones porque hay una línea directa con la tolerancia a la frustración, la serenidad en la toma de decisiones, la asertividad y el autoconocimiento.
Claves para formar en el amor con base en la disciplina
Somos conscientes, que muy seguramente han escuchado mucho acerca de este tema en diferentes escenarios de formación en pautas de crianza, sin embargo, nos atrevemos en este artículo a dejarles algunas claves, sencillas, que les pueden orientar para alcanzar el objetivo sin desfaceller en el intento.
Establecer y respetar las rutinas
Una forma de amar a nuestros hijos es el establecimiento de rutinas que con el tiempo se convertirán en hábitos, algunas de ellas son, horarios claros para dormir y levantarse, lavarse los dientes después de cada comida, tiempos para cumplir con la tarea, jugar y descansar.
Congruencia
Bien lo dice el refrán “las palabras convencen, pero el ejemplo arrastra”. Los adultos debemos estar inmersos en las dinámicas familiares para ser referentes, así que las rutinas y los hábitos también deben comenzar por nosotros, ejemplo, si no se permiten el uso de palabras altisonantes por parte de los hijos, los padres tampoco deben usarlas para dirigirse a ellos o a algún miembro de la familia.
La firmeza con respeto
La tolerancia a la frustración inicia con un “no” a tiempo y aunque duela, si se explican las razones y se encuba en la perspectiva de la conveniencia para mejorar su aprendizaje, es mejor sostener la decisión.
Algunos libros que les pueden ser útiles para crecer en esta área, pueden ser, disciplina con amor de la escritora Rosa Barocio y el poder de la disciplina, el hábito que cambiará tu vida de Raimon Samsó.
¿Qué opinan? Nos gustaría saber qué estrategias les han funcionado para educar desde la disciplina del amor a sus hijos. ¡Queremos leerlos!
+Info
Educando con amor – mastermama
https://www.mastermama.mx › blog › educando-con-a…
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Disciplina positiva: Cómo educar con cariño y firmeza
https://www.clinicamiralles.com › 2017 › September › 19
Educar con disciplina positiva
https://www.acentoescuelaanimadores.com › post › educar…
